
Diseño de tarjetas de visita
O cómo dejar un recuerdo material a tus posibles contactos o clientes
Si bien es cierto que no son pocas las voces que dicen que las tarjetas de visita están en desuso, podría argumentar que no se puede estar más equivocado. La tarjeta de visita no funciona solo como un “papel con un teléfono” es mucho más que eso.
No muchas las mentes críticas que argumentan que dar una tarjeta de visita hoy por hoy es algo tonto, que con los dispositivos digitales está todo más que hecho. Bien yo no lo creo así. La tarjeta de visita y el diseño de tarjeta de visita tradicional, y con esto me refiero a diseñar tarjetas sobre papel, plástico, vinilo, madera o cualquier soporte imaginable es mucho más y crea una mejor experiencia de usuario que un contacto que te llegue directamente al móvil, ¿por qué? porque entregando en mano una tarjeta estamos generando un vínculo personal con nuestro interlocutor, la mente, en el subconsciente, lo vive como si esa otra persona nos estuviera entregando una parte de si mismo, de su identidad por lo que crea un arraigo y un recuerdo mucho más profundo que un contacto enviado vía digital. Es recurrente el recuerdo de “esa persona que me dio una tarjeta…” fuera parte de que también, y vamos a ser prácticos y honestos les pases tu contacto de manera digital.
Diseñando tarjetas de visita y
Diseñar una tarjeta de visita común puede parecer algo sencillo, no hay más que hacer que colocar el nombre y los datos el contacto pero esto no es así. Quizá sí lo fue, cuando por costumbre y, cuando las parejas se casaban se hacían, o más bien, imprimían una tarjeta de visita con sus nombres en letra cursiva preferentemente con la nueva dirección de su casa en común y su teléfono fijo. Aún conozco alguna excepción que a día de hoy tiene una de estas bien guardada como fetiche o bien guardadas y amarillas en un cajón, pero bueno es parte de la historia de… podría decir del diseño gráfico o de la historia de las imprentas de barrio.
Hoy en día la sofisticación a pesar de los formatos estandar es el plato fuerte para cualquier tarjeta de contacto. Es la definición primera de nuestra empresa, el primer contacto personal y no a través de una pantalla o de una página web de un posible proveedor, empresa, o contacto. Ha de ser diferenciadora, sofisticada, diferente al resto y por supuesto definitoria de nuestra imagen de marca junto con el resto de materiales de la papelería corporativa de una empresa o de tu propia marca personal.
3 factores principales que intervienen
Como ya apuntaba hace un momento, el soporte donde de imprime la información tiene particularidades a nivel sensorial, el tacto nos da pistas, informa de la misma manera que los datos lo hacen. Si bien es cierto que el 80 o 90% de las tarjetas se imprimen sobre papel, podría decir que hay tanto tipos de papel, casi, como personas hay en el mundo. Papeles metalizados, con aspecto gomoso, tacto de melocotón incluso, brillantes, mates… El juego en el diseño es inmenso y esta es una de las cualidades en él que aportan y apuestan por la personalización más sofisticada de todas.
También es cierto que existen nuevo materiales imprimibles como son la madera, impresa con tinta, corte láser o incluso pirograbado. O también soportes plásticos como los acetatos. Las posibilidades son tan amplias como se quiera, eso si mayor presupuesto, mayor carta para elegir soporte, lo cual no quiere decir que con un papel un poco más sencillo no se puedan hacer maravillas.
El formato… Ese gran olvidado… Los estandar limitan, pero apostar por una medida diferente es valor de éxito seguro, siempre y cuando cumpla los requisitos mínimos para una tarjeta de visita, es decir que quepa en el tarjetero de la cartera.
En el estudio hemos diseñado tarjetas redondeadas, cuadradas, rectángulares pero con ligueras alteraciones sobre el tamaño típico (50x90mm/ 85x45mm…) Lo cual ya crea una información diferente en el cerebro de quien la recibe, sería como una voz interior que dice “¡uih! esto no es como lo demás” y ahí reside el quid de la cuestión. Y de aquí ya a los troqueles de corte personalizado, donde se puede diseñar la forma exacta al antojo.
El contenido general es siempre el mismo. Los datos de la empresa, la persona o interlocutor con quien comunicarse, el logo… y las redes sociales claro. Pero también hay elementos como los códigos QR, que si actualmente no se usan tanto, es cierto que en depende qué proyectos pueden venir bien.
Y últimamente se están insertando ya en el papel sistemas de NFC lo cuál generaría un híbrido entre la tarjeta convencional y la tarjeta digital.
Hasta aquí el post de esta semana. Espero que os haya servido y convencido de que una tarjeta de visita y un buen diseño de esa tarjeta puede marcar la diferencia entre un si, un quizá y un no.